“¡Estoy sudando la gota gorda!”. En verano, escuchar esta expresión forma parte del día a día debido a las altas temperaturas características de la época estival.
La sudoración excesiva puede afectar considerablemente a la calidad de vida de las personas, tanto en sus relaciones personales o laborales como en sus hábitos, debido a la posible aparición de sobreinfecciones bacterianas, hongos o eccemas irritativos.
La solución en estos casos es la aplicación de toxina botulínica en las zonas mas propensas a sudar. A continuación responderemos a las preguntas más frecuentes en relación al tratamiento.
¿Qué es la toxina botulínica?
La toxina botulínica ayuda con la sudoración excesiva al bloquear las señales de los nervios a las glándulas sudoríparas. Es un fármaco que se inyecta en la axila que se ha utilizado durante más de 20 años para tratar la hiperhidrosis o sudoración excesiva.
¿Cómo ayuda la toxina botulínica con la sudoración excesiva?
La toxina botulínica ayuda con la sudoración excesiva al bloquear las señales de los nervios a las glándulas sudoríparas. La toxina botulínica bloquea los nervios que le indican a las glándulas sudoríparas que produzcan sudor. Los efectos de la toxina botulínica duran unos 3 meses, pero se puede repetir según sea necesario.
Las inyecciones de toxina botulínica se realizan en el consultorio de un médico y tardan unos 10 minutos.
¿La toxina botulínica para la sudoración excesiva tiene efectos secundarios?
Los efectos secundarios más comunes de la toxina botulínica son debilidad muscular temporal, párpados caídos, boca seca y visión borrosa. Estos síntomas desaparecen en 24-48 horas.
La toxina botulínica es la mejor opción para las personas que quieren acabar con su problema de sudoración excesiva sin pasar por quirófano.
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